Leónidas y sus trecientos

 

Leónidas, defensa del paso de las termopilas en el lado oriental existía un desfiladero, el ancho franqueable en algunos sitios solo permitía el paso de dos carros, a este desfiladero se le llamaba el paso de las termopilas, el paso obligado para la Grecia central.

El rey de Esparta, Leónidas con una fuerza de 7000 soldados, de ellos solo 300 espartanos. Fue el encargado de la defensa. Son conocidísimas las arrogantes frases con que el espartano rechazo las proposiciones de capitulación que hacían los emisarios de Jerjes (hijo de Darío quien era rey de los persas)

Iniciada la batalla durante el primer día, los griegos hicieron gran matanza de enemigos. Ante la asombrada contrariedad de Jerjes que, desde su trono observaba los movimientos de sus tropas y esperaba ansioso la noticia de la victoria.

Los griegos, no solo mantuvieron sus líneas, sino que llegaron a penetrar en el real de Jerjes, arrollando a su guardia y obligando al rey persa a abandonar su alojamiento para salvarse. Pero al tercer día, un traidor llamado Efialtes índico a los persas un camino que le permitió atravesar la montaña y caer sobre la retaguardia griega.

Ante este peligro de un copo, el grueso del ejército se retiró, pero Leónidas con los espartanos sobrevivientes y con unos centenares de tespies, fiel a su consigna de morir antes de retirarse, continuo el combate acometiendo a los persas y persistiendo en la lucha hasta caer el último de sus hombres no sin haber causado grandes pérdidas a sus enemigos entre cuyos muertos figuraron los hermanos de Jerjes y muchos nobles persas.

Esta batalla a quedado como un ejemplo, recuerdo de heroísmo en la historia y se libró en agosto de 480 a.C.